¿Eres líder ombligo o líder bisagra?
Una función fundamental de un buen líder es generar vínculos profesionales fuertes, de calidad, ya sea entre los integrantes de su propio equipo como entre el equipo y otros sistemas a los que pertenece: la organización, otras áreas del negocio, el corporativo, la matriz, prescriptores, inversores, clientes, usuarios finales, colegios profesionales, sector público relacionado, comunidad en la que se está inmerso…
Dedicar las energías que hace falta a ello no es además de nuestras funciones habituales, si no que es primordial para contar con equipos empoderados y conectados con todo lo que les rodea, lo que permite que desplieguen su potencial con conciencia y sentido, escuchando y reconociéndose y comprendiendo los contextos y sistemas con los que se afecta mutuamente.
No es posible estar en el centro del equipo, ser los que más sabemos de todo, tenerlo todo controlado, ejercer de mediadores entre los conflictos interpersonales… y además ejercer de bisagra.
Mejor vamos aceptando que somos limitados y mejor que lo queramos ser….entonces tendremos el placer (o no nos quedará más remedio) que contar con otras personas que sean en algunos temas más competentes que nosotros, que el equipo tome decisiones sin nosotros y que tiren millas sin que pretendamostenerlas controladas.
- Generar y sostener un futuro deseado común
- Promover un clima de confianza y ambición
- Asegurar la pertenencia
- Facilitar conexiones y tejer complicidades
- Proporcionar una información fluida y útil en todas direcciones
- Proveer de sentido las decisiones tomadas por el equipo y las decisiones tomadas en otros ámbitos y que afectan al propio equipo
Nuestras habitualidades como líderes las deberían constituir todos los indelegables.
¿Cuántas energías hemos de dedicar a generar vínculos internos y externos?
La necesidad de generar vínculos tiene una correlación positiva con la complejidad organizativa y sectorial: a mayor complejidad, mayor porcentaje de dedicación a generar vínculos es necesaria.
Podemos establecer un mínimo de un 50% de nuestra atención y acción.
El otro 50% correspondería a objetivos, resultados, tareas, funciones, capacitación y motivación de personas.
¿En qué porcentaje vínculos internos y externos?
Se aconseja un mínimo de un 50% a vínculos externos y si ya tenemos el equipo maduro, entonces podríamos dedicar hasta un 80%.